Primera Medalla Argentina

Empecé a festejar porque estaba segura de que el tanto era mío, pero ahí nomás la gente comenzó a abuchear y vi que los árbitros se paraban. Me puse nerviosa porque en el marcador se lo habían dado a ella. La tribuna estaba de mi lado. Hubiese sido triste que me sacaran la lucha de esa forma". Paula Pareto vuelve al final del combate por el bronce. Faltaban 12 segundos cuando la norcoreana Pak Ok Song hizo un lance y Pareto respondió con una contra que la puso casi de espaldas. Era waza ari a favor pero se lo dieron en contra más allá de las quejas. Pelearon los segundos que faltaban y llegó el final: Pak festejó y Pareto se agarró la cara de bronca, indignación y desilusión. Hasta que se juntaron los árbitros y, como en el rugby, hicieron la seña del video. Ahí cambió el falló. Sí, era tuyo el bronce. Por el esfuerzo, la tensión, la descarga, el corazón, la estrategia, el no bajar los brazos ante una derrota. Por la victoria que era derrota. Es tuya la medalla e hiciste historia. Le diste la primera medalla a la Argentina y a Latinoamérica en Pekín. Le diste la primera medalla olímpica al judo en un final infartante."Era un sueño muy difícil. Vine aspirando a un séptimo o un quinto lugar. Por ser mis primeros Juegos era una meta muy exigente. Esto es increíble". Creelo, Peque. Y llorá con tus viejos Mirta y Aldo en privado y por televisión. Escuchá el saludo de tus hermanos Estefanía y Marco ("sin ese"). "Se me pasa de todo por la cabeza. No es tanto pensar, es disfrutar el momento. Si me pongo a pensar mucho lloro de vuelta". Y si querés llorar, llorá. Agarrate la cabeza. O abrazate con el técnico de la selección Carlos Denegri. O pensá en tu entrenador, Fernando Yuma. O recordá el quinto puesto en el último Mundial."Tengo que pulir varias cosas técnicas. Me dicen que voy al frente y es verdad. Yo combato contra las que me pongan enfrente. Tuve una primera rival accesible pero después me tocó una japonesa que es algo así como la Maradona del judo. En el repechaje también me tocaron rivales duras, pero por suerte pude ganar los tres combates. Es casi irreal".Y lo es. Ahí está con la medalla colgada al cuello en la Universidad de Ciencias y Tecnología de Pekín, emocionada, con más lágrimas que no se sabe ya de dónde salen. Lista para ir a un control antidoping que le llevaría dos horas y media. "Tal vez haya gente que ni me conoce, pero me ve con la camiseta y me dice 'vamos'. Está bueno eso. Y es increíble habiendo tantos grandes deportista argentinos".Ahora la gigante es ella, justo la más bajita de la delegación con su 1,50 metro. Siente emoción por vivir en el mismo lugar que Ginóbili, Las Leonas y Nalbandian. En tierra de gigantes, viva la petisa."Empecé con el judo hace 13 años, en el club San Fernando. Al principio era un juego, pero luego me enamoré de este deporte y ahora me entreno en Estudiantes de La Plata. Además, estudio medicina y este año pude hacer una sola materia, pero no voy a dejar la carrera". Alguna vez será doctora, hoy se baña en bronce y se abraza con Daniela Krukower, Lorena Briceño y Miguel Albarracín, judocas que la acompañaron. Y es felicitada por varios dirigentes. "Miren cómo tengo la cara: los chicos no se me van a acercar". Tu carrera va a cambiar más allá de esas marcas en su rostro propias después de cualquier torneo. Habrá sponsors que seguramente caerán seducidos por esa carita de nena con el trajín de la emoción cumplida. "Todos los sábados juego al fútbol con mis amigas en un torneo en NorthChamps, en Pilar. En cancha de siete. Mi equipo se llama Paulita y el resto. Este año no jugué porque mi entrenador me lo prohibió y tenía razón. Ahora vuelvo y voy a poder jugar. Voy al medio y ahí traslado la garra que tengo. Soy la Giunta del tatami".