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sábado, 13 de octubre de 2007

La Selección brilló con la magia de Riquelme.


La eliminación por penales en el Mundial de Alemania ante el local, en aquel viernes 30 de junio de 2006, ya quedaba lejana. Pasado pisado. Con Basile en el banco, la Selección encendía una vez más la llama de la ilusión. El objetivo: Sudáfrica 2010. El rival era Chile, aunque con un detalle que no pasaba desapercibido y le aportaba un condimento picante a la tarde de sábado en El Monumental. Después de cinco años alejado del fútbol, El Loco Bielsa regresaba como técnico de La Roja, justo en su país. Ante un estadio repleto, Argentina buscaba empezar con una sonrisa el camino hacia la próxima Copa del Mundo. En una decisión que desató la polémica durante la semana, el Coco apostaba a Riquelme como titular, pese a que el enganche no juega en el Villarreal. Adelante, Messi y Tevez lo acompañaban en un triángulo que metía miedo. Maxi Rodríguez, Mascherano y Cambiasso conformaban el mediocampo. Y en el fondo, Zanetti, Demichelis, Gaby Milito y Heinze custodiaban la valla de Abbondanzieri. A la hora de los bifes, se dio la lógica. La Selección tomó la iniciativa y se paró en campo rival con la intención de dominar a través de su eje de juego: Riquelme. Y Román no defraudó. Se calzó la pilcha de protagonista, la pidió siempre y clarificó cada avance del equipo de Basile. También estaba Messi, claro. Lio no se quedó atrás. Con la explosión y el vértigo que lo caracterizan, era el principal factor de desequilibrio ofensivo. Tevez, algo apagado, no terminaba de meterse en el partido. La primera chance, sin embargo, fue un remate de Vidal que contuvo, atento, Abbondanzieri. La respuesta no tardó en llegar. Riquelme probó con un disparo desde afuera del área que pasó cerca del palo derecho del arquero. El ataque chileno necesitaba demasiado de Suazo. Y justamente por intermedio del calvo delantero, la visita dispuso de una buena oportunidad para romper el cero. Tras un enganche ante Milito, el intento pasó muy cerca del poste izquierdo del Pato. Argentina dominaba territorialmente, pero no encontraba la llave para quebrar la paridad que evidenciaba el resultado. Y a veinte del descanso, esa pasividad quedó destruida por la magia de Riquelme. En un calco de aquel golazo con Boca a River, por la Libertadores 2000, también de tiro libre, el ídolo xeneize acarició con su guante y colgó la pelota en el ángulo superior izquierdo de Bravo. El arquero, inmóvil, no tuvo otra opción que rendirse a los pies de esa tonelada de calidad. Román corrió, corrió y lo gritó con todo: 1-0. La ventaja le dio a la Selección la calma que necesitaba y, por momentos, el nivel futbolístico del equipo entusiasmaba. Luego de una linda combinación entre Messi, Riquelme y Cambiasso, Maxi Rodríguez remató desde el borde del área. Desvío y afuera. Al ratito, Messi recuperó por izquierda, encaró y tocó al medio. Tevez pateó al arco sin pararla. Cerca. Moría la primera parte. Y Riquelme, muy vivo, buscó con éxito la falta cerca de la medialuna. Brazos en jarra, se paró frente a la pelota y sacó otro conejo de la galera. Derechazo bárbaro por afuera de la barrera y 2-0 para provocar el delirio total en la cancha de River. El entretiempo llegó al ritmo de un grito desenfrenado que alababa a la gran figura: "Riqueeelme, Riqueeelme, Riqueeelme...". Si Argentina podía tener algún problema dentro de esa clara victoria parcial, la expulsión de Alvarez en el inicio del complemento fue la solución. Con superioridad numérica y la inspiración de Riquelme y Messi, se le facilitaba la cuestión a los dirigidos por el Coco. A todo esto, Chile iba a la carga desordenadamente, en la búsqueda casi desesperada del descuento. Y dejaba muchos espacios en el fondo. Tevez pudo aumentar en una gran jugada de izquierda hacia el medio que concluyó con un remate alto. La historia estaba prácticamente liquidada. Basile aprovechó para probar variantes. Gago reemplazó a Maxi y se ubicó como volante central. Con este cambio, Mascherano se recostó sobre la banda derecha. Enseguida, el técnico hizo la segunda modificación: Agüero por Tevez. Hacía varios minutos que la gente pedía el ingreso del Kun. Cambiasso tuvo el tercero, por izquierda.

El Cuchu intentó picarla y el arquero Bravo respondió bien. Otra estuvo en los pies de Agüero, pero lo taparon en el momento justo. El cierre le sirvió a la Selección para florearse ante la ovación de los hinchas. A puro toque, el "Oooleee, Oooleee..." caía como por una cascada desde las tribunas locales del Monumental. Saviola entró por Messi y los aplausos fueron ensordecedores. Con la posesión de la pelota y los aciertos en el momento indicado, Argentina dejó atrás la primera prueba sin pasar sobresaltos y le permitió festejar al público futbolero, justo cuando todo el país vibra al son de Los Pumas. Aunque quedó la sensación de que el triunfo pudo haber sido por una diferencia mayor, hay puntos para destacar: la solidez defensiva de Milito y Demichelis, el equilibrio que aportó Mascherano y la desfachatez de un Messi muy movedizo. Riquelme, héroe y figura.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este blog no puede estar mas completo, sos unos capos.
Los escucho todos los viernes.
Nadia: Sos hermosa!!!.
Soy Julian y estudio Psicología.
Saludos a todos!.

Anónimo dijo...

Vamos Argentina!!!!. El programa esta buenísimo.
Nico te quiero mucho.
Luly.