BLOGGER TEMPLATES AND TWITTER BACKGROUNDS »

domingo, 23 de septiembre de 2007

Tigre Derroto a River Plate


El River de las dos caras se presentaba en Victoria con una misión: ganar como visitante por primera vez en el semestre. Enfrente estaba el motivadísimo Tigre de Diego Cagna, de gran arranque en el Apertura. Una verdadera prueba de fuego para el equipo de Passarella, que llegaba con la obligación de sumar de a tres para no quedar muy lejos de Independiente en la lucha por el campeonato. Alexis Sánchez, el chileno que enamoró al hincha de River a pura gambeta, era una las apuestas del Kaiser para tratar de complicar al fondo del Matador y, así, quebrar la mala racha. Sin embargo, no habían pasado ni dos minutos cuando el delantero recibió un duro golpe y rápidamente pidió atención médica. El dolor en su tobillo era grande y aunque -corajudo- intentó volver a la cancha, Passarella se decidió a hacer el cambio y dispuso el ingreso de Marco Ruben. Para colmo de males, mientras miraba de reojo como Seveso atendía a Sánchez, el entrenador vio como todo el fondo de River se dormía y le dejaba el camino libre a Román Martínez para que se metiera en el área chica y, de cabeza, anotara el 1-0. Mucho mérito tuvo en el gol Matías Giménez, quien mandó el centro desde la izquierda. La cancha del Matador era caldera. En un abrir y cerrar de ojos la historia se le complicaba y mucho a Passarella y compañía. Lo de Tigre era simple: presión y más presión en el medio y luego, con la pelota, tratar de explotar al máximo las bandas y llegar con centros para Lázzaro. El sector elegido era el defendido por Ponzio. Giménez y Ereros se turnaban para encarar y ganaban más de lo que perdían. En tanto, Galmarini era el encargado para incursionar por el derecho, aunque con más obligaciones defensivas por la incomodidad que siempre genera tener a Paulo Ferrari y sus piques, enfrente. De a poco River empezó a manejar la pelota pero sin arrimar peligro al arco rival. Tal es así que recién a los 28' logró poner en apuros a Daniel Islas cuando Ortega recibió un cambio de frente de Abelairas y, ante el cruce desesperado de Blengio, definió muy arriba. Demasiado poco ofrecía el Millonario, no acorde a un equipo con ansias de campeonato. Aunque a no confundir: si bien lo de la visita fue muy pobre, la tremenda actitud de los dirigidos por Cagna ayudó en gran medida para que esto ocurra. En los últimos quince, Tigre se tiró más atrás y entregó la jniciativa. Pero sin tener la pelota daba la impresión que el local estaba más cerca de dar el golpe del nocaut y concretar el 2-0. que River de alcanzar el empate. En ese rol que se propuso realizar, el Matador aguantaba agazapado y esperaba un error rival. Lo cometió Nico Sánchez y Ereros casi se lo hace pagar bien caro. Y también lo tuvo Lázzaro, de aceptable tarea, en el final del primer tiempo. Pero la categoría de Carrizo evitó que las cosas empeoraran para su equipo.Ideas buscaba River para la segunda parte. Y en el arranque, al menos, apareció Ortega para darle más claridad y sorpresa al ataque. El Burrito levantó y contagió a Augusto Fernández. Pero lo de Falcao y Ruben era muy pobre y entonces al equipo le faltaba influencia en las áreas. Tigre, en tanto, seguía con el mismo plan del último tramo de la etapa anterior: aguardar y salir rápido de contra. En el mejor momento Millonario, Tigre pegó otra vez. Y fue con un tanto insólito. Lateral largo, desde la derecha, hecho por Galmarini. Lázzaro saltó antes que Carrizo pero no la llegó a tocar. El arquero, quizás sorprendido porque el punta la dejó pasar, falló en el cálculo y la pelota le terminó pasando por arriba de su cuerpo, paralela a la línea. Hasta ahí, si entraba no era gol, porque no había sido tocada por nadie tras el saque de banda. Pero como un rayo apareció Matías Giménez y con la mano, que no vio Laverni, la mandó adentro. Y el Matador no sólo no le dejó asimilar el 2-0 y enseguida le encajó otro. Fue a través del paraguayo Néstor Ayala, quien la clavó al ángulo. Historia liquidada. Victoria era un hervidero y deliraba con la actuación del equipo de Cagna, Del otro lado, en cambio, todo era resignación. Tan utópico resultaba imaginar a este River frágil de mente dando vuelta el resultado que el descuento de Ruben –tras pase de Ortega- casi ni entregó festejo en la tribuna visitante. El grito de Ooooleeeee empezó a bajar de la tribuna, ante cada toque, y los nervios a florecer en los jugadores de River, que mantenían la compostura como podían. Pero el cuarto, anotado también por Ayala luego de una gran combinación con Guillermo Suárez. Así, se fue expulsado Ortega, por doble amonestación, y cuando se jugaba tiempo de descuento el que vio la roja fue Lima, quien había ingresado tres minutos antes por Augusto Fernández. Festeje Tigre, se lo merece. Un técnico serio, un grupo de jugadores comprometidos con una idea y, por sobre todo, una gran hinchada que lo acompaña. Frustración total para River, que quedó a 7 puntos de la punta, con 9 fechas por jugar. A simple vista se puede asegurar que todavía está en carrera porque de hecho debe enfrentar a los dos equipos que por ahora tiene arriba. Es lógico si a partir de eso se mantiene una pizca de ilusión. Sin embargo, si se analiza desde el juego la diferencia es abismal: Independiente y Boca están a años luz...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola jovenes!! je
Me llamo Luis y soy de La Plata, me gusta su programa. lo pongo en el local.

Saludo y que sigan los exitos.