Victoria y tres puntos de oro

Sí, es verdad, hubo aciertos y errores, sin embargo el equipo de Diego Maradona, ganó, goleó y gustó: Otra vez, mostró ambición, coordinación y un indiscutible sacrificio.
Se evidenció una leve mejoría en el plano defensivo con respecto al partido frente a Nigeria; más allá del inoportuno error de Martín Demichelis – cuya explicación es creíble en un central de su calidad y experiencia- que significó el descuento de Chung Yong Lee para Corea del Sur.
De tres cuartos de cancha en adelante, Argentina volvió a ser determinante. Con varias pinceladas de juego asociado fabricó muchas situaciones de gol, supo cerrar bien casi todas las jugadas y disfrutó de una formidable contundencia.
El plan de cerrojo a Lionel Messi, el heroico cansancio de Carlos Tévez y la falta de ambición del once asiático, propiciaron ciertas “lagunas” en el medio argentino. Pasajes con ciertas dificultades para aunar esfuerzos entre los volantes y los delanteros en la misión de llevar peligro al arco coreano. Dudas que bien podrían haber sido contrarrestadas con el ingreso de Mario Bolatti; que hubiese aportado quite, pero también claridad en la distribución. Sin embargo, Diego sorprendió con la inclusión de su yerno – una genialidad estratégica del cuestionado entrenador -, Sergio Agüero que cambió y cerró el partido con su velocidad y precisión para asociarse al - ya menos asfixiado ídolo del Barcelona- y abastecer al implacable Gonzalo Higuaín.
Así la selección estiró la ventaja en el marcador y metió un pie y medio en los octavos de final.
Finalmente, Maradona acertó – aunque no, sin tomar riesgos - en el planteo táctico al dejar a Jonás Gutiérrez de marcador de punta derecho y poner a Maxi Rodríguez por Juan Sebastián Verón en la línea de volantes, ya que el conjunto albiceleste supo adaptarse al vértigo que marcó la ausencia de éste último. Y también fue razonablemente precavido al resguardar a Walter Samuel. Hasta ahora, un verdadero muro de contención.
¿La figura? Carlos Tévez; fue armador, conductor, desequilibró en ataque y hasta bajó a recuperar… Un verdadero crack. ¿Y los destacados? Gonzalo Higuaín: con su incansable movilidad fue una pesadilla para los centrales coreanos. Javier Mascherano, que fue puro sacrificio y Lionel Messi, que aprovechó las marcas para abrirle espacios a sus compañeros y aún así, fue artífice de dos de las tres jugadas que terminaron en gol.
Sólo resta mejorar el desdoblamiento ofensivo-defensivo, es decir emplear menos tiempo en pasar del ataque, nuevamente a la defensa. Factor clave para superar la casi segura propuesta de Grecia, de esperar y contraatacar.

Por Mauro Negrelli