Clasificación y Consolidación del sistema elegido

Argentina 2 – Grecia 0, clasificación y primer puesto. La selección ganó tres partidos sobre tres jugados. Pero ojo, no sólo hay que celebrar los resultados, también hay que destacar la consolidación del sistema propuesto por Diego Maradona para la fase de grupos.
Pese a la rotación de los jugadores y a tener que enfrentarse a distintas exigencias por parte de los rivales y sus diferentes esquemas, el cuerpo técnico nunca relegó su idea de jugar un fútbol agresivo, dinámico y ofensivo. Aún cuando esto supuso tomar ciertos riesgos en defensa, como los que se tomaron frente a Nigeria y Corea del Sur.
Una vez más se hizo de la posesión de la pelota la principal arma para imponer superioridad. Para generar peligro en campo rival, para manejar a conveniencia los tiempos del partido. Hubo buena circulación en la mitad y en los tres cuartos de cancha y también varios intentos individuales, pero no se pudo traspasar la muralla griega durante todo el primer tiempo.
¿Los sobresalientes? Clemente Rodríguez, que gastó el lateral izquierdo, desequilibró con su velocidad y supo sumarse como una variante más en ataque. Y el arquero griego Alex Tzorvas, que completó la muralla griega y evitó una goleada.

Ahí estuvo el mérito griego, en desplegar con gran determinación el mezquino sistema de 5 defensores, 4 mediocampistas y un solo punta, que propuso el entrenador alemán Otto Rehhagel. Planteo inteligente, pero pocas veces útil, si no se lo sabe explotar con velocidad y precisión, como históricamente lo hizo Italia. Sin embargo, a Grecia le sirvió únicamente para obstaculizar el circuito de juego argentino y condicionar la elaboración de la dupla Verón – Messi. Ya que poco pudo hacer al contraatacar con el gigante Georgios Samaras frente a la ordenada, pero todavía insegura defensa argentina.
Ante esto, hay que aplaudir la paciencia de los mediocampistas y la perseverancia de los delanteros para doblegar el muro primero, luego hacer figura al muy seguro arquero Tzorvas y asegurar el primer puesto del grupo B, después por medio de Martín Demichelis, que se reivindicó del error ante Corea del Sur.
El cansancio y el siempre latente peligro de lesiones imploraban cambios y estos trajeron sorpresas. Ángel Di María y especialmente, Javier Pastore ayudaron en la elaboración y liberaron a Messi, que volvió a desequilibrar por derecha como lo hace en el Barcelona.
Y entonces entró el otro Martín. El que hace del gol el principal optimismo de su vida. Ese “Titán” que definió el encuentro con la determinación de un asesino, perdón, de un GOLEADOR SERIAL.

Ahora vienen los octavos contra México, un duro rival, que pondrá a prueba el potencial de la selección, ya que exigirá una mayor solidez defensiva y al mismo tiempo, una mejor efectividad en ataque.

Por Mauro Negrelli