El Pato la pasó mal en el hoyo 17 durante toda la semana y le entregó el título al paraguayo Ruiz.
Para Angel Cabrera, el viento no fue su enemigo principal a lo largo del 102º Abierto de la República. Tampoco lo fueron los greenes rápidos. Resulta raro decir que el malo de la película para el Pato fue el fatídico hoyo 17. Los primeros dos días del certamen logró salvar el par, a pesar de que el viernes zafó de una situación comprometida tras tirar su pelota al agua. Pero el anteúltimo hoyo de la cancha no perdonó al de Villa Allende el fin de semana: doble bogey el sábado y triple bogey ayer, para cerrar una vuelta de 76 golpes (quedó 3º), su peor marca en el torneo. Quien se aprovechó del flojo desempeño de Cabrera fue el paraguayo Marco Ruiz. El de Asunción cerró una buena vuelta de 69 (-1) y se coronó por primera vez en el Abierto. Segundo fue el misionero Daniel Vancsik, con -3.Decepción para el Pato. Cabrera, campeón este año del US Open, era claro favorito para ganar el certamen de mayor importancia en la Argentina. Si hasta la prensa del torneo admitió que tenía un discurso final preparado, pero luego de los primeros nueve hoyos tuvo que evaluar la posibilidad de cambiar algunos papeles. Tras el bogey en el hoyo final, el de Villa Allende se fue rápido de la cancha, tomó sus cosas y encaró para el aeropuerto, ya que desde el jueves estará presente el South African Airways Open. Tras la entrega del trofeo en manos del gran Roberto de Vicenzo, Ruiz declaró: "Fue una semana genial. Si me decían a principio de año que iba a ganar el Abierto de la República, no lo creía". El guaraní (ganó en agosto el Carlos Franco Invitational) estuvo siete meses sin jugar por una hernia crónica de disco y participó en Buenos Aires por una excención médica que le otorgó el Challenge Tour Europeo. Ruiz se despidió de Buenos Aires con una frase que emocionó a varios: "Le agradezco a Dios que me dio una segunda oportunidad. Espero no desaprovecharla".
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