"Cuestión de sangre".

Así explica Rodrigo Quiroga su pasión por este deporte. De chico le dieron una raqueta, pero apenas pudo, la cambió por el saque y el remate.

No es sencillo describir la tonada sanjuanina de un fanático de Metállica. Menos aún dar con alguien que a los siete años, a la remanida pregunta ¿qué querés ser cuando seas grande?, se choque con la respuesta de "jugador de vóley de liga italiana". Pisar los 20 años y no jugar a la playstation también resulta distintivo. Ni siquiera el peso del apellido le aflojó los brazos. Incansable generador de buen humor, le da al grupo con sus bromas la soltura necesaria. Incansable luchador en la cancha, le da al equipo la fibra que tiene en sus genes. Es la historia de Rodrigo Quiroga, decidi.

Es una cuestión de sangre, desde que nací me la paso en entrenamientos, partidos de mi papá o mi tío. Mis tres hermanos juegan y hasta mi mamá lo sigue.La marca del apellido (Nito, su papá, fue jugador, y su tío Raúl, bronce en Argentina 82, brilló en los equipos italianos más importantes) le enorgullece y no le pesa. Parla el italiano sin perder el toque de San Juan y disfruta de repasar sus primeros pasos formales en el deporte. "Yo me fui a Italia al año y medio. Tenía seis o siete años cuando volvimos a la Argentina, y quería hacer vóley. Como no había para esa edad, me compraron una raqueta y me mandaron a tenis. Al mes, empezó el vóley para los de siete y nunca más volví a tocar la raqueta". Prefiere prenderse en la NBA con San Antonio a saber por qué River, su equipo preferido, quedó afuera de la Sudamericana. En tiempos de ocio... vóley.

Voy a defender la camiseta de la Selección con la convicción que lo llevó a estar donde está.

Por ahí la Selección este año no tuvo un buen arranque con la Liga Mundial, y con los resultados la gente habla, le han pegado mucho a este cuerpo técnico. Después conseguimos un par de resultados en la Copa América, le ganamos a Venuezuela y... El tema es que el vóley será el cuarto deporte de Argentina, pero estamos pagando los platos rotos de años anteriores, en los que no se hizo este recambio de a poco, porque no se ponían uno o dos juveniles en medio de los más grandes. Se jugaba siempre con los más grandes. Y en estos dos años estamos pagando los platos rotos de esas camadas, que les fue muy bien, pero en la que podría haber estado algún juvenil sumando experiencia. Esta Selección, con esta cantidad de juveniles, será fuerte en un par de años.

Pero hay partidos en esta Copa para ganar...—Es muy difícil, pero mirando el fíxture: Corea, Japón, Túnez, Australia, Egipto, son partidos que jugando al 100% y con garra los podemos ganar tranquilamente. Después hay tres países muy por encima.No se calla nada. Hoy en el ASD de Catania de la liga A2 italiana que dirige Hugo Conte, pero con la cabeza y el corazón en la Selección. Disfruta de su primer torneo con Milinkovic ("yo lo miraba a los 12 y ahora jugamos juntos"), recuerda cuando Bernardi (su ídolo italiano) lo fue a saludar y sus compañeros italianos no lo podían creer. A los 20 años, Quiroga siglo XXI va cantado entre los puntas titulares del debut en la Copa del Mundo. Optimista por definición estará haciendo lo mismo desde que nació: respirar vóley.