En Santa Fe el arquero se atajó todo, inclusive un penal al Malevo Ferreyra y amargó a Ramón Díaz, que se despidió del campeonato. El Sabalero sumó su quinto partido al hilo sin victorias. El Ciclón (terminó con uno menos por la expulsión de Aguirre) quedó a 10 del líder Lanús, muy lejos.
Ni Colón ni San Lorenzo lograron lo que necesitaban en Santa Fe. Jugaron un partido chato en el Brigadier López y le dieron forma a un insípido 0-0. La chance más clara la tuvo el Ciclón, a los seis minutos del segundo tiempo, pero Sebastián Blázquez le atajó un penal a Osmar Ferreyra. Los santafesinos tuvieron sus mejores oportunidades en el complemento, pero abusaron de los centros y sumaron un punto que los complica en la tabla de promedios. San Lorenzo no hizo más que confirmar un segundo semestre irregular, que lo alejó desde todo punto de vista de la posibilidad de pensar seriamente en el bicampeonato. En lo netamente futbolístico, el control de la pelota era fundamental para los dos. En la primera media hora se lo vio más prolijo a San Lorenzo, pero el local lo emparejó con mucha voluntad. De todas formas, en ningún momento se terminó de armar el partido que podía esperarse porque a los dos les faltó consolidar su dominio. Ambos llegaron, pero con tibieza a la hora de aproximarse al arco rival. En el comienzo del segundo tiempo, Bernardo Romeo se escapó por izquierda y al intentar eludir al arquero recibió una falta inobjetable. El árbitro Sergio Pezzotta sancionó correctamente el penal. Ferreyra se hizo cargo y pateó a la derecha de Blázquez, quien adivinó y tapó el remate. En el rebote, el volante no pudo darle con precisión y la tiró por arriba. El tramo final del juego fue favorable a Colón, que salió con todo a buscar la victoria. Pudo conseguirla en un remate de Rivarola que dio en la base del palo izquierdo de Orión y en otro de Centurión que encontró una buena respuesta del arquero visitante. Pero el cero a cero estaba sellado y ambos carecieron de ideas para abrir el marcador. Así, concluyeron en un empate que no terminó de convencer a ninguno de los dos.
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