Nada más que el triunfo. Eso es lo que importa en el clásico rosarino. Y es lo que consiguió Rosario Central ayer en el Coloso del Parque: tres puntos ante el eterno rival, los primeros en este torneo Apertura que lo tenía a maltraer. Lo hizo a base de actitud y orden, algo que no desplegaba de un tiempo a esta parte. Del otro lado, un Newell's desconocido y desesperado, que no supo encontrarle la vuelta al Canalla ni a su propio juego. Pero ya nada importa para el hincha auriazul, que todavía está festejando el penal que cambió por gol Martín Arzuaga.La fiesta centralista no fue sólo al final. De movida hubo diferencias. Porque Central pisó primero, mientras Newell's patinaba. Marini intentó acomodar el equipo para incluir a Zapata, pero lo desarmó. La línea de tres en el fondo dejaba los flancos abiertos y Donnet era desperdiciado, disfrazado de carrilero por derecha. En ese sector, los de Ischia encontraron todas las facilidades. Núñez y Papa explotaron el corredor y profundizaron cuando quisieron, llevando peligro hasta abajo del arco de Villar. Así, Belloso se perdía el gol antes del cuarto de hora. El triple cinco —con Bernardello, Husain y el Zapata— hacía agua. Con el estado de la cancha —mojada y pesada-, la pelota rebotaba más de lo que rodaba.La Lepra recién se acomodó cuando Zapata se tiró a la derecha (siguió a destiempo, con el freno de mano puesto) y soltó a Donnet. El ex Boca empezó a equilibrar el partido, pero Central siempre mostró mayor ambición. Arzuaga complicaba a una defensa desorganizada, sólo sostenida por la jerarquía de Schiavi. Pero Newell's tuvo un guiño del destino, cuando la tarde se le terminó de nublar al pibe Núñez, que le estampó los botines en el pecho a Bernardello en una zambullida. La roja debía agrandar a los de Marini, pero recién hubo una reacción cuando entró Torres por Zapata (debió haber sido expulsado por agarrón a Papa sin pelota, cuando ya tenía amarilla). Ischia también movió sus fichas: afuera Belloso, adentro Díaz. Así, Arzuaga no retrocedía tanto y la pelota podía llegar a él más cerca de Villar. La idea seguía siendo llegar al gol, mientras Newell's sólo intentaba empujar: nunca logró pisar el área de Alvarez con peligro. Sólo una jugada coordinada le bastó a Central para romper la pobre paridad. Costa se cruzó la cancha a puro toque, con el Kily, con Papa, después la puso en cortada para el colombiano, que aguantó ante Ré y punteó para Díaz, que venía de frente. Pero antes de que el enganche convirtiera, Vangioni se llevó puesto al Tin y Beligoy marcó el penal. Arzuaga definió y Newell's no se despertó ni con la ventaja de dos hombres luego de la roja al insólito Papa. La única intención de buscar el empate se diluyó en la desesperación, mientras Central esperaba el pitazo de Beligoy para festejar hasta el delirio una victoria que se siente más que tres puntos
lunes, 17 de septiembre de 2007
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1 comentarios:
Muy bueno el blog, cada vez mejor!
Van progresando
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