El Gran Premio de Fórmula Uno que iba a realizarse en Bahréin el 13 de marzo fue suspendido por la crisis que afecta a la mayoría de los países de la región, en las que impera la violencia y la represión en los pedidos de reformas políticas y hay muchas víctimas fatales. Desde el 14 de febrero en Barhéin también hay manifestaciones pidiendo mejoras sociales y ante el peligro de atentados decidieron directamente suspender la competición.
La noticia fue adelantada por Carlos García, vice de la Federación Internacional de Automovilismo: "En estos momentos, lo veo complicado, igual que lo ven todos. Hay algo que tenemos muy claro en la FIA, y que también lo tiene Ecclestone: no vamos a enviar ni a los pilotos ni a los equipos a una situación peligrosa para ellos", aseguró.